Los muebles de cuero son una hermosa elección para muchos diseños de habitaciones, pero requieren un poco más de cuidado que los muebles de tela. Necesitarás quitarles el polvo regularmente, aspirar las grietas y limpiar los derrames inmediatamente. Revisa la etiqueta del fabricante para instrucciones específicas y nunca uses productos químicos o limpiadores no diseñados para el cuero. Coloca los muebles lejos del aire acondicionado, las fuentes de calor y la exposición prolongada a la luz solar de forma directa. Usa un acondicionador de cuero regularmente para mantenerlos impecables y si debes guardarlos, toma precauciones, incluyendo el no envolverlos nunca en plástico.
Pasa un trapo limpio y seco por los muebles de cuero frecuentemente. Usa un trapo de microfibra. Incluye la limpieza de los muebles en tu rutina semanal de limpieza del hogar. El mejor método preventivo de limpieza es evitar la acumulación de polvo.
- Si el polvo es más persistente, humedece el trapo con agua destilada. Procura que el trapo no esté empapado. No dejes nunca que el agua penetre en el cuero.
- Asegúrate siempre de usar un trapo suave y nunca uses un cepillo abrasivo o un estropajo, ya que esto puede rayar y dañar el cuero.
Aspira los muebles. Todos los muebles acumulan suciedad y otros residuos, por lo que el cuero no es una excepción. Usa la conexión de la aspiradora con un cepillo de cerdas suaves. Desliza el cepillo suavemente por toda la superficie. Aspira entre y debajo de todos los cojines.[1]
- Si puedes quitar los cojines, hazlo para que la aspiración sea más efectiva. Si no puedes quitarlos, trabaja en las grietas lo mejor que puedas. También puedes usar un accesorio de ángulo estrecho para llegar más adentro de los muebles.
Limpia los derrames de inmediato con un trapo seco. Cuando algo se derrame sobre la tapicería de cuero, límpiala lo antes posible. Utiliza un trapo seco o una esponja para absorber la mayor cantidad posible del líquido derramado, recurriendo únicamente a un trapo húmedo si es necesario. Usa la menor cantidad de agua posible para limpiar el derrame y luego seca el área.[2]
- Si frotas un derrame, solo se esparcirá más, así que asegúrate de secarlo. Toma el trapo seco y colócalo encima de la mancha y déjalo allí durante cinco segundos más o menos mientras lo absorbe.
- Para los derrames que no son de agua, es posible que necesites usar un poquito de jabón suave con agua tibia. Si la mancha es muy grave, es mejor consultar con un profesional para no empeorarla.
- Lo más importante es limpiar el derrame rápidamente para que no tenga tiempo de impregnarse en el cuero.
Usa limpiadores diseñados para el cuero. Los detergentes, los disolventes, los aerosoles de limpieza de uso general, el amoníaco, la lejía y el abrillantador de muebles pueden ser perjudiciales para los muebles de cuero. No apliques estos productos en un intento de limpiar los muebles o quitar las manchas. Ten a mano un limpiador específico para el cuero para una limpieza ocasional y para casos de emergencia.[3]
- Puede que pienses que comprar un limpiador por adelantado no es una buena forma de usar tu dinero, pero si realmente lo necesitas, agradecerás tenerlo a mano en lugar de tener que ir a comprarlo. Limpiar un desastre rápidamente puede salvar el cuero.
Lee la etiqueta del fabricante o las instrucciones de cuidado que vienen incluidas. Las pautas generales de cuidado son útiles, pero siempre es bueno leer cualquier información proporcionada por el fabricante o distribuidor acerca de sugerencias específicas de cuidado para la pieza. Algunos muebles de cuero pueden tener instrucciones específicas de cuidado basadas en las cualidades que tienen.[4]
- Algunos fabricantes pueden suministrar o vender un producto diseñado para ser usado en sus muebles. Si este es el caso, cómpralo, porque está hecho específicamente para tus muebles.
- Esto puede resultar de gran ayuda para determinar si el cuero ha sido tratado de alguna manera específica que pudiera verse afectada por una limpieza inapropiada.