El agua puede deteriorarse incluso antes de su ingreso a nuestro hogar debido al mal estado de las redes de distribución, o al almacenamiento en tanques, cisternas u otros depósitos que no están en adecuadas condiciones. Por lo tanto, el mantenimiento del tanque de agua es fundamental para preservar la salud de la familia.
El tanque, cisterna o depósito de agua acumula con el tiempo sedimentos barrosos, los que fomentan la crianza de toda clase de organismos nocivos para la salud. Para evitar este problema, es necesaria la desinfección periódica de dichos depósitos. Esta operación tiene un costo, que puede disminuirse sustancialmente si la realiza uno mismo. La limpieza del tanque debe hacerse al menos dos veces al año. El mantenimiento del tanque incluye la revisión de los flotantes automáticos y mecánicos, las tapas de inspección, las válvulas y los colectores.
La limpieza del tanque nos permite además, detectar de forma temprana la presencia de fisuras en los tanques de cemento. En este caso se debe proceder a la impermeabilización del tanque empleando productos químicos específicos para rajaduras.
En los tanques de plástico y acero inoxidable tenemos menos exigencias de mantenimiento, debido a que sus paredes son más lisas, lo que evita la acumulación de suciedad y sarro en tan gran escala, teniendo un desarrollo inferior de microorganismos